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Una fe auténtica

Líder Frangel Arias,

martes 23 de enero de 2024

 

“porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” – Romanos 13:13 (RV1960).

Tener un corazón dispuesto para servir a Dios con humildad y bajo obediencia es la vida más alta y definitivamente la mejor vida que una persona puede tener en esta tierra.

Dios es tan especial con cada uno de sus hijos, que tiene un trato realmente auténtico para cada uno de sus hijos.

Para agradar a Dios, no debes tratar de parecerte a otros para impresionar, basta en mantener tu propia esencia que le agrada al Señor en todo lo que haces para Él, dejando de lado los prejuicios e inseguridades.

La Biblia tiene el registro de los casos más impactantes y en los que una fe auténtica conquistó el milagro que necesitaban, convirtiéndose así en inolvidables testimonios para generaciones.

“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad. Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote” – Marcos 5:25-24 (RV1960).

Dios te ha dado una gracia especial, un don especial, te ha hecho maravilloso para que no tengas que compararte con otros ni anhelar lo que tienen otros.

La autenticidad de tu fe y lo que ello te motiva a hacer para acercarte más a Jesús es lo que cautiva y agrada su corazón, deja de mirar lo que otros hacen y reconoce que con tu propia esencia Dios cada día te ama más.

El dejar fluir la presencia de Dios en tu vida y atreverte a hacer cosas para Él fuera de lo que es común para el ser humano enamora perdidamente el corazón del Señor por ti, tu actitud rendida ante Él conquista y mueve el cielo a tu favor además de influenciar a los que están a tu alrededor.

No te hace falta tener un cargo para poder agradar el corazón de Dios, eres su hijo y su imagen también, por tanto hay un propósito del Señor depositado en ti que Él va a cumplir a su tiempo.

“Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora” – Mateo 8:5-13 (RV1960).

De la forma en que des a conocer tu fe, otros también van a empezar a desarrollar la suya.

Hay cosas que solo tu podrás hacer para mover el corazón del Padre, tu fe auténtica te permitirá hacerlo.Eres tan valioso que, aun siendo el único pecador en este mundo, Jesús vendría a morir por ti y llevaría en Él una y otra vez el castigo que era para ti, pero la mente humana aun no puede comprender la magnitud del sacrificio de Jesús y su amor inagotable. La sangre de Cristo te hace absolutamente valioso, nadie más puede decir lo contrario.

Tu fe, siendo poca o siendo mucha, tiene el poder como ninguna otra de provocar el cumplimiento de los milagros que esperas si solo te atreves a creer que en Dios es posible todo lo que sueña tu corazón.

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” – Marcos 11:23 (RV1960).

No dudes que la autenticidad de tu fe moverá el corazón de Dios a tu favor.