Project Description

Pide tu milagro al pie del monte

Pastor Francisco Barrios

martes 06 de febrero de 2024

 

“Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo” – 5:1-11 (RV1960).

Jesús nos dio una serie de palabras para poder abrir nuestros ojos y entender que cada día necesitamos ser como Él, y aunque se vea difícil poder cumplirlas, el proceso que conlleva a ellas no solamente hace nos hace crecer, sino que alegra el corazón del Padre, al ver que aun en medio de nuestras debilidades y errores buscamos ser más parecidos a Él.

No caigamos en el engaño de que la gracia anula la ley, si ciertamente Dios nos ha dado de Su gracia, eso no da por sentado el querer pecar de manera consciente. La gracia simplemente supera a la ley, para recordarte que existen mandamientos que cumplir por amor y no por obligación.

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” – Mateo 5:17 (RV1960).

Por medio del cumplimiento de la ley y la manifestación del pecado, apela a la gracia del Señor y deja que sobreabunde en tu vida.

Jesús nos ha colocado la ley en el más alto lugar para que podamos ver cuanta es nuestra sed de justificación y lo mucho que necesitamos parecernos cada día más a Él por medio de Su gracia, y aún más en situaciones que nos parecen imposibles de cumplir.

La ley siendo elevada, Jesús es el único que pudo estar aún más elevado que ella para que las personas pudieran saber que nadie puede hacerse perfecto o justificarse por sí solos, porque no es por capacidad sino por gracia.

Gracias al acto de obediencia de uno solo que fue Jesús, todos fuimos constituidos en justicia a pesar de nuestros constantes errores y fallas.

“Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la Ley de Dios” – Romanos 7:22 (Biblia Nueva Versión Internacional 2022).

“¿Qué concluiremos? ¿Que la Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la Ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la Ley no hubiera dicho: «No codicies». Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la Ley el pecado está muerto” – Romanos 7:7-8 (RV1960).

Dios en su bondad creó la ley para que todos pudiéramos estar conscientes de que necesitamos ser justificados por Él y no por nuestros propios actos.

No ataquemos la ley conociendo la gracia, permítele a tu mente y corazón ser escudriñados por la ley para poder cambiar para bien por medio de la gracia de Dios.

“y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado” – 2 Corintios 3:13-14 (RV1960).

Gracias al intercambio de pactos y la gracia nos ha hecho disfrutar de la bendición de Dios sin medidas y nos ha hecho justos delante de los ojos del Señor.

No me salva lo que hago, sino lo que creo; porque cuando creemos en ese amor que Jesús nos brinda, nos cambia para siempre.

“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero” – 1 Juan 4:19 (RV1960).

“Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció” – Mateo 8:2-3 (RV1960).

No importa si no puedes cumplir los estándares impuestos por la ley, la cual es luz a los pecados de la humanidad, basta con creer que la gracia de Dios te ha alcanzado para poder seguir intentando y caminando cada día en la fe que te llevará a la vida eterna.

“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” – 2 Corintios 12:9 (RV1960).

El amor de Dios es tan grande y Su gracia tan extensa, que, aun siendo no merecedor de Su favor, Dios jamás nos ha abandonado.

Jesús pagó el precio por ti y te ha dado justificación delante de Dios, lo que te permite acceder confiadamente a la bendición del cielo y disfrutar de Su gracia. No importa si tu fe es grande o es pequeña, sea como sea es suficiente para comenzar a orquestar un milagro para tu vida.

Reconociendo que eres incapaz de hacer o lograr las cosas solo, acércate confiadamente al trono de Dios y apela a Su gracia para alcanzar el milagro que estás esperando, Jesús ya lo conquistó por ti y ahora depende de ti poder recibir con un corazón adecuado todo lo que Él preparó para ti.

Ve a los pies de Jesús en el monte con tu fe y verás el cumplimiento de tu milagro.