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La oración que cambia a un país

Pastor Francisco Barrios

Martes 02-11-2021

Mateo 6:5-6: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
Hay una clase de oración que tiene el poder de cambiar a una persona e incluso a un país, es una intercesión influyente y poderosa que mueve al Cielo.

Los cambios que deseamos para nuestras vidas son dados por el doblar rodillas e interceder de forma verdadera. Jesús es el más grande y verdadero intercesor, porque demostró que nos ama al morir colgado en una cruz, y además, intercede por nosotros ante el Padre. Esto quiere decir que los verdaderos intercesores no solamente oran, sino que sus acciones corresponden a sus oraciones.

Jesús se asombraba por la hipocresía de los religiosos, porque estos tenían una forma de orar y de ayunar que hacía que sus peticiones no fueran influyentes. Y Él enseñó que no solo basta con orar, no podemos pensar que por palabrerías seremos oídos, necesitamos tener un corazón genuino. Un intercesor es verdaderamente influyente cuando ama aquello por lo que ora. Si oramos por la salvación de un país, pero no participamos en la predicación, ni apoyamos económicamente, estamos orando de forma hipócrita.

Juan 4:23: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”.

Quien ama, no solamente ora por un cambio, si no que trabaja para que suceda. La Biblia es clara cuando dice que Dios busca verdaderos adoradores, entonces hay quien adora y ora de forma hipócrita. Los verdaderos intercesores son aquellos que predican con su ejemplo, así como Jesús demostró en una cruz su amor hacía nosotros; las oraciones de estos intercesores son las más poderosas para ejecutar cambios en la tierra.

Hebreos 5: 1-2: “Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad”.

Sodoma y Gomorra eran ciudades que poseían niveles de maldad muy altos, y cuando Dios decide destruirlas, Abraham intercede para que Dios extienda su misericordia (Génesis 18:16-33), dejándonos entender que un verdadero intercesor no pide juicio sobre una nación, al contrario, busca en oración el favor de Dios sobre un pueblo, porque él está puesto para traer vida. Abraham demostró que amaba esas ciudades y por eso oró por ellas.

Jesús pagó el precio por nosotros, demostrando sus palabras con hechos; así los verdaderos intercesores deben no solo amar, sino demostrar que aman aquello por lo que tanto oran. Si deseamos cambiar a Venezuela no podemos quedarnos en la oración, debemos salir y predicar, ayudar al enfermo y al herido; si nuestra intercesión va respaldada con acciones, entonces veremos los días de gloria en nuestro país.