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Jesús es mi cimiento de fe

(Domingo 17-05-2020)
Pastor Yobany Blanco

1 Corintios 2:1-2: “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste glorificado.”

En la actualidad la gente no sabe en qué o en quién confiar, porque todo aquello en lo que ha puesto su fe, se ha desvanecido; muchos no saben a quién oír, y los que deberían decir algo no saben qué hablar.

Cuando ponemos nuestra fe en Jesús y caminamos en Él, nuestras acciones se basan en esa fe, porque la fe no solo es creer, sino caminar en aquello que creemos.

Hay gente a la que le están temblando sus estructuras, y es porque perdieron de vista su comunión o relación con Jesús, y solo en Él encontraremos respuestas y consolidaremos nuestras bases.

¿Sobre qué hemos edificado nuestra fe? Este es el mejor momento para ejercer fe, no podemos dejarnos arrinconar, el sistema de este mundo nos dice: “paralízate”, y pareciera que, en lo espiritual también, por lo que debemos cuidarnos, ser prudentes y oír a Dios, porque podemos caminar con Él y ponerle dinamismo a nuestra fe.

Preparemonos y tengamos una fe activa para las cosas que vienen. Para conquistar lo que viene se necesita mucha fe, el pueblo de Dios debe tomar esos riesgos que trae la fe. Nadie que ha logrado cosas sobrenaturales lo ha hecho esperando en lo que dicen los hombres ni el sistema de este mundo, solo un pueblo que se levante para tomar riesgos de fe, y que en el nombre de Jesús se arriesgan, lo han logrado.

Es preferible tomar riesgos de fe, que morir estáticos ante los sistemas de este mundo, arriesguemonos en fe, porque podemos hacer, conquistar y emprender mucho más, de lo contrario nuestra fe se apagará. Muchos pierden la oportunidad de hacer cosas grandes por temor y miedo, pero la fe siempre nos animará a hacer cosas grandes, porque para el que cree todo le es posible (Marcos 9:23).

Pero, ¿estamos verdaderamente dispuestos a creer en el poder y la palabra de Dios, y no en lo que naturalmente podemos hacer? La fe viene por el oír (Romanos 10:17) y cuando alimentamos la fe en nosotros, comenzamos a hacer cosas que antes no podíamos hacer, que van más allá de nosotros. La fe activa un poder más allá de nuestras fuerzas, que solo existe para dar demostración al mundo de quién es Jesús y su Padre.

Cuando andamos por fe tenemos la capacidad de cambiar las cosas naturales, en el momento que con fe pisamos un territorio cerrado, oscuro y en crisis, Jesús lo cambia todo, pero para ello tiene que haber en nosotros una decisión.

Hay gente que solo está esperando que todo mejore para poder accionar, pero Jesús nos impulsa a caminar, y cuando nos movemos, lo que pisamos es cambiado, porque Jesús camina con nosotros a través de nuestra fe. Dios le dijo a Josué, entra a la tierra, porque todo lo que pisares te será entregado (Josué 1:2-3). La Iglesia debe cuidarse, pero moverse, el enemigo quiere que estemos escondidos, pero empecemos a ensanchar nuestro territorio. La fe no es para mañana, no será, no fue, es ahora. Debemos caminar cuando nadie camina y creer cuando nadie cree. Dios tiene para nosotros un milagro, una provisión una tierra, hay que conquistarla.

Pasos para hacer a Jesús el cimiento de nuestra fe.

1.- Cristo en nuestro corazón la plenitud de nuestra fe.

Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

La revelación de que Cristo vive en nosotros es lo que da cimiento a nuestra fe. Lo que ahora hacemos, lo hacemos por la fe. Dejemos de vivir tanto de nuestra mente, del ego, del si o no puedo, y vivamos del Cristo y del Espíritu vivificado en nosotros.

Podemos tener la fe de Dios si Él vive en nosotros, lo que debemos hacer es mengüar nosotros para que el Espíritu de Dios se levante, y cuando esto ocurra no habrá nadie que nos pueda detener, estaremos accionando en lo que dijo Pablo, ya no vivo yo, ya no soy yo, ya no son mis ideas, ahora es la mente de Cristo, ya no habrá obstáculos que nos detengan para emprender y cumplir la voluntad de Dios. El “yo” necesita ver la Cruz de Jesús, necesita el alma ser crucificada para que se levante el Espíritu de Dios. Necesitamos no vivir más de nuestras ideas, sino desde la mente de Dios.

La fe no es un conocimiento intelectual, sino una revelación. Si ya tenemos todo lo que deseamos, entonces no necesitamos tener fe, debemos querer tener una experiencia y una revelación para poseer aquello en lo que creemos.

La fe se apropia de lo que está en el espíritu.

Jesús impulsa nuestra fe a un nivel de riesgo mayor. El día que creímos y abrimos nuestro corazón a Cristo, creímos que Él nos salvó para vida eterna y debemos mantenernos creyendo en ello eternamente. Debemos creer también que tenemos salud divina, porque Jesús murió en la Cruz, y clavó allí todas las enfermedades, toda escasez, todo mal.

2.- Plenitud de convicción en aquello que hemos creído.

Estemos plenamente convencidos, no a medias.

Santiago 1:2: “Hermanos míos, tened por sumo por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”

Cuando somos probados, lo que realmente es probada es nuestra fe, y la verdadera fe no la quiebra nada. Cuando nuestra fe es probada, es formado nuestro carácter.

Hay gente que cree a medias, eso significa que hay un punto de duda. Si reconocemos ante Jesús con humildad que tenemos duda, Él se levantará en nuestra debilidad. A veces vivimos eliminando más a los enemigos de la fe, que trabajando en alimentar nuestra fe. Actuemos como Abraham, la gente estaba preocupada por su actuación, llegaron a pensar que estaba loco, pero él actuaba conforme a su convicción.

Si creemos en fe, el día que demos a luz, será un gran milagro como sucedió con Abraham.

3.- La fe sin obras, es muerta.

Santiago 2:14-17: “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les deís las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”

La fe sin acciones no nos salvará. Pablo dice que la fe sin acciones es muerta. Las acciones de valentía le dan sustancia a nuestra fe y la hacen crecer. La fe es para ayudar a otros, así que, si podemos creer para los demás, creeremos aún más para lo nuestro, empecemos a creer para repartir, y de esta manera tener para nosotros será fácil.

4.- Fortalezcamos nuestra fe en el tiempo.

Romanos 4:19-20: “Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios.”

Abraham no se debilitó en la fe. Necesitamos tener una estrategia espiritual para que aun mirando todo lo natural, no se debilite nuestra fe, sino que se fortalezca. Fortalezcamos nuestra fe en el tiempo, aunque pasen los días, sigamos firmes en nuestra fe, dando siempre gracias a Dios.

El milagro comienza en el vientre de la fe, y no puede nacer antes, nace cuando es el tiempo indicado. Un bebé no nace a medias, nace en el tiempo indicado y completo, así son los milagros de Dios, son en su tiempo, pero debemos mantenernos en fe y dando gracias a Dios, pase lo que pase. Abraham sabía que no se trataba de él, sino del Dios que tenía el poder de hacerlo todo.

5.- Por la fe podemos terminar todo lo que comenzamos.

Hebreos 12:2: “Puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de la fe, en el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y de sentó a la diestra del trono de Dios.”

Cuando nuestra fe está fundamentada en Jesús, lo sobrenatural se activa, como Pedro cuando camino sobre las aguas (Mateo 14:29). Jesús es el autor y consumador de nuestra fe, tengamos nuestra mirada fija en Él en todo tiempo, centrados en la Palabra de Dios y en sus promesas.

6.- La fe es para valientes.

Hebreos 10:39: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.”

La Biblia dice que el Reino de los cielos sufre violencia, y solo los violentos (valientes) lo arrebatan, (Mateo 11:12). Hay que esforzarse y ser valientes (Josué 1:9), porque sin espíritu de valentía nos estancaremos y detendremos. Jesús sabía que íbamos a pasar por momentos adversos, pero conocía que tendríamos la fe necesaria para superarlo. No hagamos lo que la gente común está haciendo, marquemos la diferencia en la fe. Si a nosotros no nos está siguiendo nadie, no estamos poniendo en práctica la fe.

7.- La fe convierte una derrota en grandes victorias.

1 Corintos 2:1,5: “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros anunciaros el testimonio del Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.”

Si los sabios y entendidos hubiesen conocido quien es el Rey de gloria, jamás lo hubiesen crucificado, pero su crucifixión permitió que todo el plan de Dios se cumpliera. Todas las adversidades que vienen a nosotros, lo que hacen es crucificar en la cruz lo que nos separa de Dios, pero al tercer día vamos a salir glorificados, iremos por algo mejor; lo que parece una derrota a través de la fe será una gran libertad y victoria.

Vamos por un avivamiento, a la Iglesia le vienen los mejores momentos, viene un día de resurrección, no perdamos el propósito de nuestra fe, ¡vamos por cosas mayores!

1 Corintios‬ ‭2:9‬: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman‭‭.”